sábado, 6 de diciembre de 2008

El tren en q nos subimos todos...

Juan José Fonseca Moreno
ensayo sobre la lectura "Voces en el concierto" de María Minera
Seminario de Arte Contemporáneo. Arte urbano. Maestría en Arte Visuales.

"El arte no busca ser popular y que todo el mundo entienda y que todas las clases sociales vengan y lo compartan. A mí en realidad me da igual: yo no busco hacer algo para que las masas lo disfruten; eso es mentira; el arte no es para toda la gente: es para los que de alguna manera pueden preocuparse por eso, porque no tienen otras preocupaciones más importantes"
Sofía Táboas

Yo también pienso -como María Minera- que no es tan terrible que en el mundo del arte actual no hay unanimidad y que todos están subidos en el supuesto tren de la originalidad donde todo se puede... MENOS valorar positivamente el pasado. Ya que para los artistas actuales este es el único tabu: el de que el pasado es pasado y se le puede reciclar todo lo que uno quiera pero siempre desde esa perspectiva de "simplemente como algo curioso", y por supuesto sin cuestionamientos críticos. De ahí en fuera las cosas no están tan mal.
Pero esta es la realidad (o mas bien dicho nuestra realidad!) y aunque el arte actual dentro de sus fundamentos teóricos es totalmente AHISTÓRICO, no todo está perdido, o al menos eso podemos creer; y yo personalmente quiero creer (es broma)... que la evolución -como las matemáticas- se inclina siempre por la respuesta más sencilla y que en su desarrollo tiende a seguir una estructura cíclica, más bien espiral- que le hace pasar aparentemente más de dos veces por el mismo lugar. Y la misma historia del Arte nos lo muestra con períodos, etapas, y estilos que se repiten en sus detalles o sus generalidades a lo largo del tiempo.
Alguien puede argumentar que la misma historia sirve para "precisamente" no cometer los errores del pasado, y tiene razón pero cuando son errores imperdonables y vergonzosos como las guerras mundiales, los exterminios sistemáticos, o el bombardeo de la biblioteca de Bagdad por las tropas estadounidenses, pero en el Arte esta falta de unanimidad es a la vez sinónimo de movimiento, quizá no el más original pero al menos hay una dinámica que posibilita el cambio.

Entonces... no es terrible, pero...
ojala y pase pronto, ya que lo no-terrible no le quita lo feo, e incomodo (desde mi punto de vista enteramente personal). Como por ejemplo lo feo que es que este estado actual del arte mexicano además de haber sido una oportunidad para los productores estéticos sirva para sacar a relucir por enésima vez la mediocridad, inutilidad y demás apelativos del sistema político mexicano que se pone estrellitas en la frente en vez aprovechar la oportunidad de consolidación, pero bueno, los lobos son lobos y, como dice el periodista Tomás Mojarro, no podemos pedirles que se muerdan la cola.
A mi me parece que el estado de cosas, tan posmoderno, donde se está desilusionado de todo, nada se toma en serio, todo es transitorio y un largo etcétera, es sinónimo si, de una crisis humana de identidad, pero también que refleja que estamos madurando, un pelo, pero ya es algo. Un poco como una etapa puberta en la historia de la humanidad! Una etapa medio gandalla cuando estando en ella se analiza históricamente, porque de esta manera se deduce que puede proseguir con una larga etapa oscurantista, algo así como darse cuenta que la "montaña rusa" tiene una bajada bien cabrona de empinada y además darse cuenta que uno va en el carrito.
El famoso divulgador científico de hace ya un par de décadas Carl Sagan planteaba en su libro "Dragones del Edén" que el oportunismo y astucia del hombre así como le sirvió para sobrevivir en su paseo por la evolución y consolidarse como el Rey del planeta, también le ha servido para perpetrar cosas absurdas; como la de tener comida para alimentar seis veces a la población del planeta pero que haya miles de millones muriendo de hambre. Sin embargo esta capacidad tan maravillosa (la de pensar y adaptarse) también le sirve como maldición, acota Sagan, ya que el ser humano está "condenado a perdurar", lo que nos da la esperanza que todo momento oscuro en nuestro camino seguirá siempre de luz.
Otro pensador "interesante" (es otra broma, por lo del ensayo de Sontag) Desmond Morris nos dice que los principales agobios del hombre -hacia donde va el arte que es uno de nuestros tesoros mas queridos, por ejemplo- son fruto precisamente " del hecho de que sus progresos culturales rebasarán a todos sus progresos genéticos. Sus genes quedarán rezagados, y tendremos que recordar constantemente que, a pesar de todos sus éxitos en la adaptación al medio, [el hombre] sigue siendo, en el fondo, un mono desnudo."
Este desarrollo cultural obviamente provoca que la humanidad muchas veces se vea rebasada por sus propias creaciones, y en la mayoría de los casos se necesita llegar a estados extremos para que mediante una ruptura (re-volución) el sistema se estabilice. El desarrollo tecnológico sin precedentes de los últimos 50 años es un claro ejemplo donde la cantidad de información sobrepasó la capacidad de asimilación de las propias sociedades que la han generado. Este mismo "boom" tecnológico e informativo afectó todas las esferas de la civilización (primariamente en occidente) y por supuesto la del Arte y la cultura estética. Me refiero a que -aventurándome a aseverar- todas las manifestaciones estéticas actuales están estrechamente vinculadas y/o íntimamente conformadas por los avances tecnológicos tales como los enormes conglomerados massmediaticos, las redes computacionales de información, y sobretodo por el manejo y creación de imágenes digitales. Y que -históricamente- esto lo podemos ver como la consecuencia lógica ante "algo" nuevo que no hemos terminado de comprender, o como dice Roman Gubern nos inclinamos entre la neofobia y la neofilia.

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